De entre todas las maravillas que alberga la Alhambra, hay alguna que una vez puesto a procesar las fotos me llamó la atención, la apertura de las salas hacia el exterior, algunas de las cuales miraban hacia los barrios del Albaicín y Sacromonte.
Un día muy luminoso, del que había que salvar los contrastes de luz entre el interior y el exterior.